miércoles, 29 de octubre de 2014

DUDAS (DOUBTS)




Para los puristas, el fútbol se juega a tres velocidades. Al paso en defensa, al trote en el medio campo y al galope arriba. Y si intentamos interpretar el juego que el Almería hizo el pasado sábado frente al Athletic de Bilbao, utilizando como referencia esta máxima, tendríamos que decir que los defensas y los delanteros ajustaron de manera razonable su fútbol a la velocidad que les correspondía, pero que el centro del campo se perdió en buscarla.

Y hablar del centro del campo es volver a hablar del trivote. Francisco ha utilizado en dos ocasiones este sistema de juego en casa y las dos veces ha perdido (frente al Atlético de Madrid y frente al Athletic de Bilbao). Por el contrario, hacerlo lejos del Mediterráneo ha hecho que el equipo se coloque octavo en una hipotética clasificación foránea. Y todo esto genera dudas en el entrenador. Tantas que en cuanto las cosas se tuercen, renuncia a sí mismo y deshace el sistema. Y así sucedió en el último encuentro. Después de que Etxeita marcara un gol adornado de rechaces y despropósitos –como no podía ser de otra manera, dada la calidad del juego practicada durante todo el partido por ambos equipos–, Francisco retiró del campo a dos de los tres jugadores que formaban el trivote (Azeez y Verza) y reordenó el equipo.

El resultado de la estrategia no fue bueno y el juego mantuvo su pobreza, lo que hace que crezcan las dudas. Y a todo ello se le suma que Teerasil ni se vistiera –no fue convocado– y que Quique González no jugara ni un minuto. A falta de juego, los goles suelen ser un buen analgésico, pero cuando los entrenadores se enredan en un nudo de indecisiones, no suelen llegar ni el uno ni los otros. Mientras el entrenador se entretiene en decidir a qué va a jugar el equipo, ha perdido la confianza en dos de sus cuatro delanteros. Confiemos en que pronto dé con la tecla y el fútbol, como los goles de los delanteros del equipo, aparezcan de una vez.


 

 

(Traducción de Alejandro Reyes León)

For purists, football is played at three speeds: pace for defenders, trot for midfielders and gallop for forwards. And if we try to interpret the game that Almería carried out against Athletic Club de Bilbao last Saturday, using this key principle as a reference, we would have to say that the defenders and forwards adjusted their play to the corresponding speed in a reasonable way, but the midfielders got lost while looking for it.

And speaking about the midfield is speaking about the “trivote” again. Francisco has used this game system at home twice and, in both occasions, he has lost (against Atlético de Madrid and against Athletic de Bilbao). On the contrary, using it far from the Mediterranean Sea has made the team be eighth of a hypothetical league table as visiting team. And all this leaves the coach with doubts, so many doubts that as soon as things go wrong, he renounces himself and undoes the system. And this happened during the last match. After Etxeita scored a goal embellished with rebounds and absurdities –as could not be otherwise, considering the quality of the game played by both teams during the whole match–, Francisco substituted two out of three players that constituted the “trivote” (Azeez and Verza) and reordered the team.

The result of the strategy was not good and the play maintained its line, which makes doubts grow. In addition, Teerasil did not even get dressed –he was not selected– and Quique González did not even play a minute. In the absence of play, goals are usually a good analgesic but, when coaches tangle with a knot of indecisions neither good play nor goals take place. While the coach is distracted by deciding what the team is going to play, he has lost confidence in two out of four forwards. Let us hope that he will hit the nail on the head soon so good football as well as goals scored by the forwards of the team finally appear.

 
 

miércoles, 22 de octubre de 2014

DELANTEROS (FORWARDS)


Decía un entrenador británico llamado John Gregory que los delanteros ganan los partidos mientras que son los defensas los que ganan los campeonatos. Y podemos aceptar que la frase tiene su carga de razón si nos fijamos en los equipos grandes, pero no se sostiene –al menos en su segunda parte– si de lo que hablamos es de equipos que luchan por sobrevivir en la competición que sea. Y digo esto porque soñar con ganar un campeonato es una licencia que muy pocos se pueden permitir, pero luchar por ganar un partido al rival que se tiene en frente –independientemente de su presupuesto o de la masa social que soporte– es lo que da sentido y cierto grado de romanticismo a este deporte.

Así que podando la frase para vestir con ella a un equipo humilde como es el Almería, lo que nos queda es que son los delanteros los que ganan los partidos. Por eso es por lo que sobre ellos se posan los focos la mayoría de las veces, por eso las cámaras recogen sus gestos para interpretar sus impresiones, por eso los equipos generan campañas de marketing en torno a su figura y por eso los presidentes aceptan los mayores esfuerzos económicos.

Pero al observar los datos del equipo, después de llevar disputadas ocho jornadas de liga, vemos que algo falla. A estas alturas de la competición, el Almería ha marcado siete goles. Y de esos siete, sólo uno ha sido materializado por su póker de delanteros (Hemed, Thievy, Teerasil y Quique González). Como el quipo pasea relativamente alejado de los puestos de peligro, las sirenas permanecen silenciadas, pero la buena situación actual no debe hacernos perder de vista esta situación. Seguro que Francisco lo tiene muy en cuenta y trabaja con sus atacantes de manera especial, afinando sus miras telescópicas. Porque los goles no sólo son la salsa del juego, sino que son también los que dan oxígeno a los equipos.


 

 

(Traducción de Alejandro Reyes León)

A British coach named John Gregory said that forwards win games whereas defenders are the ones who win championships. And we can accept that the sentence is right to some extent if we focus on the big teams, but it is not sustainable –at least the second part– if we speak about teams that fight to survive in any competition. And I say this because dreaming of winning a championship is a licence that very few ones can afford, but fighting to win a game against the opponent that is opposite –regardless of its budget or the amount of fans it has– is what gives meaning and a certain degree of romanticism to this sport.

So, pruning the sentence to dress a humble team as Almería, what remains is that forwards are the ones who win games. That is why they are paid attention most of the time, that is why cameras record their gestures to interpret their sensations, that is why teams carry out marketing campaigns around their star and that is why presidents make the biggest economic efforts.

But, when observing team statistics after eight days of league, we see that something is not working. At this point of the competition, Almería has scored seven goals. And only one out of these seven goals has been scored by the “poker” of forwards (Hemed, Thievy, Teerasil and Quique González). As the team is relatively far from the dangerous positions, sirens remain silent but the current good situation must not make us lose sight of this situation. It is certain that Francisco is taking this into account and works with his forwards in a special way, training their telescopic views. Because goals are not only the essence of play as they also give oxygen to teams.
 

 

miércoles, 15 de octubre de 2014

UNIÓN Y CALMA (UNITY AND CALM)



En fútbol, salvo que cuentes en tu equipo con la salvaje exquisitez de un Cristiano Ronaldo o de un Leo Messi –deportistas que trascienden del terreno de juego–, se asume que es más importante hacer un grupo fuerte que fiarse de las genialidades de determinados jugadores. Porque la suma de todos es lo que realmente hace sólido al conjunto. Y en torno a ese punto suele girar el alegato de personajes tan notables y tan distintos del mundo del fútbol como lo fueron, por poner sólo un ejemplo, Alfredo Di Stefano y Luis Aragonés. Una frase de cada uno de ellos resume esta filosofía. La primera, de la Saeta rubia, decía que “nadie es tan bueno como todos juntos”. Y la segunda, del Sabio de Hortaleza, lo que venía a decir era que cogió “una selección y dejó un equipo”, en referencia al grupo con el que ganó la Eurocopa de 2008. Y alejarse de ese discurso es osado y peligroso porque este deporte, a cada poco, pone las evidencias sobre el tapete.

Francisco, hace unos días se agarró a esta línea argumental para mostrar su agrado y pedir prudencia a la vez, que es otra de las máximas de cada entrenador. Porque es sabido que el fútbol castiga a quien se reboza en la complacencia. Y pedía cautela mientras alababa al grupo, con maneras de buen entrenador. Su disertación presenta pocas dobleces. No es un entrenador, como puede serlo Juanma Lillo –un ex del Almería– de filosofía profunda y frases lapidarias, pero tampoco suele errar en el mensaje. Y esta vez de lo que habla es de cautela y del poder del bloque.

Y lo hace asiéndose a los datos. Porque sólo el Barcelona y el Valencia han recibido menos goles que el Almería, después de siete jornadas de competición. Porque el equipo lleva seis puntos más que en el mismo punto de la liga pasada. Porque se haya cómodamente instalado en mitad de la tabla. Y porque las sensaciones no son malas. Pero Francisco sabe que todo puede cambiar de un día para otro. Por eso pide calma. Y por eso pide unión.


 

 
(Traducción de Alejandro Reyes León)
In football, unless you have in your team the wild excellence of someone like Cristiano Ronaldo or Leo Messi –athletes that go beyond the playing field–, it is assumed that it is more important to get a strong group rather than trust the brilliances of certain players. Because the sum of everybody is what really makes the whole solid. And the allegation of really notable and different personalities of the world of football such as, to give just an example, Alfredo Di Stefano and Luis Aragonés usually deals with that point. A sentence of each one summarizes this philosophy. The first one, by ‘La Saeta Rubia,’ said that “nobody is as good as the group.” And the second one, by ‘El Sabio de Hortaleza,’ would mean that he took “a national team and left a group,” in reference to the group with which he won the European Championship in 2008. And getting away from that speech is audacious and dangerous because this sport, at short intervals, brings evidence into the open.

Some days ago, Francisco used this line of argument to show his happiness and urge caution at the same time, which is another key principle of each coach because it is well known that football punishes those who cover themselves in satisfaction. And he urged caution while praising the team, with manners of a good coach. His reflection presents little duplicity. He is not a coach as Juanma Lillo –an Almería’s former coach– with a deep philosophy and solemn sentences, but he usually does not make a mistake concerning the message. And this time, he speaks about prudence and the power of the group.

And he does this clinging to statistics because only Barcelona and Valencia have let fewer goals in than Almería, after seven days of competition, because the team has six points more than at the same moment of the previous league, because it has settled in the middle part of the table comfortably and because feelings are not bad. But Francisco knows that everything can change from one day to the other. That is why he asks to calm down. That is why he asks for unity.

miércoles, 8 de octubre de 2014

VISITANTE (VISITOR)


En los cuatro partidos que la UD Almería ha disputado en casa, el equipo sólo ha conseguido tres puntos, mientras que de los tres litigados lejos de nuestra tierra, los de Francisco se han traído un botín de seis. Quizá todavía sea pronto para extraer de estos datos como un teorema. A lo mejor, estadísticamente, no es significativo el número de partidos jugados como para poder sacar conclusiones fiables. Pero más allá de consideraciones matemáticamente juiciosas y lejos de la frialdad de las fórmulas algebraicas, la impresión de que el equipo se siente más cómodo como foráneo que como local está ahí.

Quizá cabría entrar a valorar cada partido de manera individual para entender por qué pasa esto. Pero por motivos formales voy a centrarme en este último, el disputado contra el Elche, en el que el equipo tuvo que ir todo el encuentro a remolque. Yo me acordé de algo que escribió el escritor Juanjo Millás tras el partido que nuestra selección perdió contra Holanda en el reciente mundial de Brasil donde decía que “España, a diferencia de Robben, jugó sin rabia”. En fútbol, la necesidad unas veces es un lastre y otras veces un motor. Para el Elche de Fran Escribá, fue lo segundo y el equipo empujó mucho más desde el principio. Luego, al cambiar las circunstancias del partido con el temprano gol de Víctor, la necesidad y la rabia mudó su vestimenta y se vistió de rojiblanco. Y entonces el Almería fue capaz de marcar para empatar el partido hasta en dos ocasiones.

Lo que está claro es que al Almería le cuesta llevar la iniciativa. Todavía no le hemos visto afrontar un partido con la intención de dominar el balón e imponer el ritmo de juego. Es posible que sea un reflejo de equipo pequeño. O a lo mejor no es sino la postura más cuerda que puede adoptar su entrenador, que se sabe inferior sobre el papel a la mayoría de los equipos de la liga. En cualquier caso, es más que posible que este año las mayores alegrías nos las llevemos en la distancia.



 


 
(Traducción de Alejandro Reyes León)
In the four games that UD Almería has played at home, the team has only got three points whereas, in the three games played far from our region, Francisco’s players have obtained a payoff of six points. Perhaps it is still soon to interpret these data as a theorem. Maybe, statistically, the number of games is not significant to make reliable conclusions. But, beyond mathematically sensible considerations and far from algebraic formulas’ coldness, the impression that the team feels more comfortable as foreign instead of local exists.
 
Perhaps it would be necessary to analyse each game individually to understand why this is taking place. But due to formal reasons, I am going to focus on the last one, the game against Elche, in which the team was lagging behind throughout the game. I remembered something that the writer Juanjo Millás wrote after the game that our national team lost against the Netherlands in the recent World Cup Brazil in which he said that “Spain, unlike Robben, played without rage.” In football, the need is sometimes a dead weight and an engine other times. For Fran Escribá’s Elche, it was the second one and the team pushed much more from the beginning. Then, when the circumstances of the game changed because of Victor’s early goal, need and rage shed their clothing and dressed in red and white clothes. And then, Almería was able to score to draw the game in two occasions.

What is clear is that Almería finds it difficult to take the initiative. We have not seen the team facing a game with intention of controlling the ball and imposing the tempo. It is posible that this is a reflection of small team. Or perhaps it is the most sensible attitude tha the coach may adopt knowing that the team is, on paper, inferior in comparison with most of league teams. In any case, it is really posible that the greatest joys for us this year will take place far from home.
 


miércoles, 1 de octubre de 2014

LA GUERRA (THE WAR)


Tras ganar al Almería, el Cholo Simeone dijo que “la estrategia es parte del juego”. Pero no es sólo eso. La estrategia también es parte de las finanzas y el marketing, del desarrollo de una campaña electoral o de las conquistas amatorias. La estrategia es fundamental en la vida y en la guerra. Y esto no es algo que suene a nuevo. Sun Tzu fue un escritor, filósofo y militar de la antigua China que hace más de dos mil quinientos años escribió un libro titulado El arte de la guerra, en el que la estrategia ocupa un lugar fundamental en la preparación de cualquier enfrentamiento bélico.

No resulta complicado establecer relaciones entre el fútbol y la guerra. El lenguaje futbolístico se alimenta de todo un discurso más propio del campo de batalla que de los terrenos de juego. Términos como ariete, defensa o disparo se cuelan con absoluta normalidad en las crónicas deportivas y adquieren sentido propio, más allá de la metáfora que en su origen representaron.

En el fútbol del siglo XXI el margen para la improvisación se ha reducido considerablemente. Y esto es así, básicamente, por dos razones: el entrenamiento físico (acompañado de un dieta cuidada) con el que el deportista alcanza un estado de forma óptimo a lo largo de casi toda la competición; y el desarrollo de estrategias que minimizan las diferencias técnicas entre unos jugadores y otros (unos equipos y otros).



Bien es cierto que luego los entrenadores tratan de relativizar la importancia de la estrategia. El propio Simeone lo hizo tras ganar en el estadio de los Juegos del Mediterráneo diciendo que la jugada ensayada se pudo ejecutar porque previamente se había generado el córner en una acción de puro talento. Y es verdad, pero el talento a un jugador profesional se le supone; como al soldado el valor. Y al final, en la guerra, como dice el proverbio chino, el clavo de una herradura puede hacer ganar la batalla.

 



 


 
 (Traducción de Alejandro Reyes León)
After defeating Almería, el ‘Cholo’ Simeone said that “strategy is part of the game.” But it is not only that. Strategy is also part of finances and marketing, the development of an electoral campaign or love conquests. Strategy is fundamental in life and war. And this is not something new. Sun Tzu was a writer, philosopher and military man of Ancient China that, more than two thousand and five hundred years ago, wrote a book titled The Art of War, in which strategy has a fundamental place in the preparation of any war confrontations.

It is not hard to make a connection between football and war. Football language is nourished by a discourse which is typical of the battlefield rather than the pitches. Terms such as striker*, defender or shot seep in through sports columns with total normality and gain suitable meaning, beyond the metaphor they represented originally.

In football of the 21st century, the time allowed for improvisation has been reduced considerably. And, basically, this is so because of two reasons: physical training (together with a well-adjusted diet) that makes the athlete reach an optimal shape throughout most of the competition, and the development of strategies that minimise the technical differences between some players and other ones (some teams and other ones).

Then, it is also true that coaches try to diminish the importance of strategy. Simeone himself did this after winning in ‘Juegos del Mediterráneo Stadium’ saying that the textbook move could be carried out because, previously, the corner had been generated by means of an action of pure talent. And it is true, but talent is assumed for a professional football player, in the same way as courage is assumed for a soldier. And at the end, in war, as the Chinese proverb says, the nail of a horseshoe can win the battle.

 * "battering ram" is equivalent to "ariete" and maintains this warlike sense although it is not used in the sports field but the military one.