miércoles, 25 de marzo de 2015

ATHLETIC


En el siglo tercero, en Asia Menor, un joven cristiano de origen humilde fue entregado a los leones por el emperador Aureliano. Su pecado, no renunciar a su fe. Al cabo del tiempo, el joven fue elevado a los altares y pasó a la historia como San Mamés. Ya en el siglo XX, cuando hubo que construir un estadio de fútbol en Bilbao para que jugara como local el equipo de la ciudad, éste tomó el nombre del santo y los jugadores del equipo fueron apodados desde entonces como Los leones.

Cuando el Almería, en la última jornada liguera saltó al terreno de juego en San Mamés (un nuevo estadio, más moderno y adaptado a la normativa actual, aunque desprovisto del encanto de las viejas instalaciones), la mística convirtió a los jugadores almerienses en presas fáciles de los felinos bilbaínos. El peso de los últimos resultados fue demasiado importante y el Athletic impuso la inercia ganadora de sus últimos cuatro partidos y desde muy pronto se puso por delante en el marcador.

El entrenador del equipo almeriense dijo al finalizar el partido que al equipo le había faltado pólvora. Quizá contagiado de la leyenda, JIM utilizó esa metáfora pensando en dar caza a los leones para acabar con ellos. Pero sus jugadores ni siquiera cargaron las armas para el partido. Así que no fue sólo cuestión de pólvora. Fue también una cuestión de compromiso.

Mientras, en el grupo cuarto de la segunda división b, el equipo filial se enfrentaba al Villanovense con la intención de mantener la misma buena racha que el Athletic defendía contra el primer equipo. Cuatro partidos seguidos llevaban ganados los hombres de Miguel Rivera. Pero el quinto no llegó. El empate a cero final detuvo en seco la inercia, pero mantiene el ánimo en todo lo alto. El equipo se mantiene en los puestos que permiten jugar la liguilla de ascenso a segunda división, aunque la posibilidad del descenso del primer equipo empiece a tronar con demasiada resonancia.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario